La noche empezó con caos, nadie sabía el porqué de la llamada de la Guardiana del Elíseo a todos los vástagos de la ciudad, pero acudieron y todos a la vez… y eso ya generó el primer problema. La policía hacía acto de presencia a raíz de las llamadas de algunos vecinos por la aglomeración de gente a las puertas de un edificio de oficinas en el centro de Parla, sí, esa aglomeración eran los vástagos de la ciudad haciendo cola para entrar a su casa, la casa de todos… el Elíseo.

La situación al entrar tampoco fue mejor, las historias de la heroica supervivencia de Balthassar e Izan se mezclaban con los reproches a los que huyeron cuales aves de corral de la nave sin noticias del Senescal Méndez y creyendo a pies juntillas los relatos del Malkavian sobre la muerte de la infame Carlota Pedralbes.

Además, buenas nuevas para el principado, su Majestad Malasaña estaba de camino y llegaría a lo largo de la noche y exigía las 3 cabezas… pero los vástagos ni las tenían ni sabían nada del Senescal Méndez. La ciudad era un hervidero de cuchicheos hasta que su Majestad llegó. Exigió sus 3 cabezas y pidió ser informada de todo. Izan concluyó su mandato marcial de la ciudad devolviendo el mando a su legitima poseedora, Manuela y se retiró a su refugio en el Elíseo para sanar de sus heridas que tan bien ha estado cuidando la Guardiana del Elíseo.

Y nada más llegar, Manuela ya dió su do de pecho, entregó un mapa del principado a los presentes y les encomendó la tarea de asignarse Dominios respetando el dominio del Eliseo y el del Senescal.

El resto de la noche, los vástagos pidieron consejo a Izan, los más veteranos y finalmente entre

dudas, entregaron a Manuela el reparto que decidieron… la carcajada de su Majestad fue épica y su frase inolvidable: «Que monos…«.

Manuela tomó el reparto sugerido y escuchó los cambios propuestos por los primogénitos sobre el Consejo de Primogenitura, que ahora pasaba a ser de 2 vástagos que aglutinavan a todo el resto, curiosa elección… un Malkavian y una Nosferatu ejercerían de portavoces del resto… pero ellos sabrán…

Ah por cierto… los cuchillos vuelan en la ciudad… y si no que le pregunten a la buena de Phoebe, que sin estar en el Elíseo fue señalada como la tercera cabeza que pedía Manuela y esta le declaró caza de sangre…

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